Quiosco Japones

Sumérgete en la serenidad del Lejano Oriente. Bienvenid@ al Quisco Japonés, donde la armonía de la cultura nipona cobra vida en medio de Bogotá, conectando épocas y celebrando la diversidad arquitectónica de la Exposición del Centenario.

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Un rincón de belleza oriental en el
Quiosco Japones

La Exposición del Centenario fue una festividad que celebró la Independencia de Colombia y mostró avances materiales, culturales y espirituales. La Junta del Centenario, creada en 1907, se enfrentó a inestabilidades políticas y tuvo reestructuraciones en 1909. El Parque de la Independencia fue el lugar elegido para la exposición, donde se erigieron varios pabellones, incluyendo el Kiosco Japonés, que representaba la cultura y singularidad japonesa.

El quiosco japonés, entre otros pabellones, reflejaba un estilo arquitectónico ecléctico, el quiosco japonés representaba la arquitectura japonesa, emulando la forma de una pagoda. Aunque se destaca como parte de la diversidad cultural presente en la exposición, no se proporcionan detalles específicos sobre su arquitectura, diseño interno o funciones particulares. La presencia del quiosco japonés destacaba la intención de la exposición por presentar una imagen cosmopolita y diversa, mostrando un aspecto global y moderno al público asistente.

El diseño de esta curiosa estructura estuvo a cargo de Carlos Camargo Quiñones; sirvió como residencia del guardabosques que cuidaba el parque y estaba situada en las inmediaciones de los establos. Era una especie de pagoda elevada del nivel del piso por un zócalo de piedra al que se accedía a través de unas escaleras. Tenía dos pisos de altura, molduras ondulantes, faldones combados y aleros de vuelta hacia arriba. De acuerdo con la investigación realizada por la antropóloga Inés Sanmiguel, quien le siguió el rastro a la inmigración japonesa en nuestro país, los primeros japoneses que llegaron a Colombia fueron traídos en 1908 por Antonio Izquierdo, propietario del predio en donde se realizó la exposición. Uno de ellos era jardinero y se llamaba Tomohiro Kawaguchi y es muy posible que trabajara como guardabosques del parque; quizá eso explique el estilo japonés de esta construcción. De Kawaguchi sabemos que luego trabajó como jardinero en la casa del general Rafael Reyes, que trabajó como profesor de jardinería en el asilo de San José y que años después murió en El Ocaso, Cundinamarca.

Después de la exposición, la mayoría de los pabellones fueron demolidos, a excepción del quiosco de la Luz. La restauración de este último adquiere importancia para la resignificación del espacio urbano en el Parque de la Independencia, manteniendo viva la memoria de la exposición histórica de 1910.